Discurso del Embajador de Colombia en España Fernando Carrillo en inauguración a monumento Blas de Lezo en Madrid
Dicen en el Caribe que en Cartagena el viento se devuelve y sombras fantasmales del pasado acechanp el presente. En esa ciudad Majestad -porque lo oí de su propia voz- que usted divisó desde el Juan Sebastián el Cano, en una madrugada de 1958. En esa ciudad donde Blas de Lezo conjugó el empeño con la valentía, e hizo de la limitación física la virtud y combinó la determinación con la adversidad. Su gran mérito fue no amedrentarse por la arrogancia y la superioridad numérica de una flota que fue combatida con la humildad y con el arrojo y la inteligencia como fórmula de éxito. Hoy lo decía con propiedad el señor Ministro de Defensa en un artículo de prensa, porque ese es el modelo liderazgo que necesitan las nuevas generaciones, porque como aquí se dice, ojalá nuestros niños tengan ese referente ético de defensa de valores. En un momento en que hay mucho superávit de héroes con pies de barro y en donde la defensa de los principios y los valores algunas veces parece pasada de moda. Porque Blas de Lezo cambió la historia de Cartagena, Blas de Lezo cambió la historia de Colombia, de Iberoamérica y por supuesto de España.
La batalla de Cartagena, comentábamos hace unos minutos, tiene que entrar por la puerta grande de la historia, a la par de las grandes batallas de la historia. Porque detuvo un despliegue naval de las dimensiones de otras hazañas épicas de ese estilo. Del desembarco de Normandía por ejemplo. Con 600 cartageneros con arcos y flechas, cuyo corazón previamente había conquistado Blas de Lezo, que es un elemento de la historia que siempre hay que destacar, logró devolver la armada británica a Jamaica. Sin conocer la derrota hizo esconder las monedas que el Rey Jorge II había acuñado para celebrar la captura de Cartagena.
Es sobretodo un campeón de la hispanidad -y permítanme terminar con esto- de esta lengua, de esta cultura, que es nuestro orgullo, que es nuestro mayor activo majestad, por el que usted ha luchado tanto. Ese puente entre España e Iberoamérica. De los colombianos se dice que podemos hablar el mejor español, yo no sé si eso será cierto, pero sí debo decirle majestad, que somos los que lo defendemos con mayor ahínco, su pureza, su integridad y su valor cultural e histórico.
Termino simplemente parafraseando a dos colombianos muy cercanos a España. Decía el gran poeta colombiano Eduardo Carranza, que España en Colombia es mucho más España. Hoy diríamos, España en Cartagena, en esa batalla de mayo de 1741 fue mucho más España. Esa España fuerte que todos queremos fuerte, porque si España es fuerte todos vamos a ser fuertes, como lo decía el presidente Juan Manuel Santos la semana pasada acá en Madrid. No queremos una España débil, porque con una España débil todos nos debilitamos. Y termino con una cita de don Germán Arciniegas, el gran historiador colombiano. Él dijo refiriéndose a don Blas de Lezo, que iba dejando en cada batalla un pedazo de su cuerpo para ganar un trozo de gloria. Gloria a don Blas de Lezo y Olavarrieta.
Fernando Carrillo Flíorez
Embajador de Colombia en España
15 de noviembre 2014
Embajada de Colombia en España