Majestad,
Quería ante todo daros las gracias por acompañarnos hoy. Estoy seguro de que Don Blas de Lezo no hubiera aspirado a mayor honor que éste. Y nosotros, desde luego, tampoco.
Hace algo más de un año comenzamos la iniciativa para erigir este Monumento. Lo que parecía entonces un imposible es hoy realidad. Y ha sido gracias a los miles de ciudadanos que nos han acompañado y también -es necesario decirlo- gracias a las instituciones que nos han apoyado desde el primer momento. Este Monumento no hubiera sido posible sin el respaldo del Ayuntamiento de Madrid y de la Armada Española. Alcaldesa, Almirante, muchísimas gracias.
El de hoy es sin duda un acto patriótico, pero la raíz del patriotismo no está en la exaltación de la Nación como concepto geográfico, sino en el orgullo que uno siente por sus compatriotas. No hay Patria sin compatriotas a los que admirar. Y eso es precisamente lo que marca nuestro deber como ciudadanos: La Patria somos nosotros.
Muchos -en todas partes- buscarán la Patria en un territorio, en una batalla, en una fecha. No la encontrarán. La Patria es el ideal donde habitan los hombres que nos sirven de ejemplo. La Nación que olvida a esos hombres, en realidad lo que hace es,simplemente, olvidarse a sí misma.
Hoy estamos aquí para recordar a uno de esos hombres y de paso para recordar quiénes somos. Para, como comunidad, establecer que los valores que le sirvieron de guía, han de ser también los nuestros: La superación personal, el esfuerzo, la humildad, el sacrificio. Éste es el monumento de una Nación que se niega a olvidar a uno de sus mejores hijos, que se niega a olvidarse a sí misma.
Estamos aquí para honrar también a todos aquellos que hoy, como entonces, siguen dedicando su vida a defendernos. A todos y cada uno de nuestros marinos y soldados. Pocas veces tenemos ocasión de daros las gracias. Sirva este acto como agradecimiento.
Con este monumento, erigido por los ciudadanos, dejamos a nuestros hijos una muestra de lo que fuimos, de lo que somos y de lo que, como ciudadanos, queremos ser.
La raíz del patriotismo está en el orgullo que uno siente por sus compatriotas y por los ideales que comparte con ellos. Hoy, señoras y señores, con toda humildad puedo decirles que me siento orgulloso de ser compatriota de todos ustedes.
Muchísimas gracias a todos.